Sor Juana Inés de la Cruz, Juana Inés de Asbaje y Ramírez de
Santillana, (San Miguel Nepantla, Nueva España —actualmente México— 12 de
noviembre de 1651 - Ciudad de México, 17 de abril de 1695) fue una religiosa
católica, poetisa y dramaturga novohispana del Siglo de Oro español.
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Dicen que su nombre completo era Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, y que nació el 12 de noviembre de 1651 en San Miguel Nepantla, Nueva España. Aunque también se data su nacimiento en el año 1648...
Dicen que cultivó la lírica, el auto sacramental y el teatro, así como la prosa. Por la importancia de su obra, recibió los sobrenombres de el Fénix de América, la Décima Musa o la Décima Musa mexicana.
Dicen que aprendió a leer y a escribir siendo aún una niña, y que perteneció a la corte de Antonio de Toledo y Salazar, marqués de Mancera y 25° virrey novohispano.
Dicen que fue en 1667 (con dieciseis años) cuando ingresó a la vida religiosa a fin de consagrarse por completo a la literatura. Y que sus mecenas más importantes fueron los marqueses de la Laguna, virreyes de la Nueva España. Fueron ellos quienes publicaron sus obras en la España peninsular.
Aunque se tienen pocos datos de sus padres, dicen que nunca se unieron en matrimonio legítimo. Ella fue la menor de tres hijas.
Dicen que pasó su infancia entre Amecameca, Yecapixtla, Panoaya —donde su abuelo tenía una hacienda— y Nepantla. Allí aprendió náhuatl con los esclavos de las haciendas de su abuelo, donde se sembraba trigo y maíz.
Dicen que se aficionó a la lectura gracias a la biblioteca de su abuelo, que leyó a los clásicos griegos y romanos, y la teología del momento.
Dicen que tal era su afán de saber que intentó convencer a su madre de que la enviase a la Universidad disfrazada de hombre (puesto que las mujeres no podían ir a la universidad).
Dicen que entre 1664 y 1665, vivió en la corte del virrey, y que la virreina, Leonor de Carreto, se convirtió en una de sus más importantes mecenas.
Dicen que el ambiente y la protección de los virreyes marcaron decisivamente su producción literaria.
(Cuentan que ya entonces era conocida su inteligencia y su sagacidad, pues, por instrucciones del virrey, un grupo de sabios humanistas la evaluaron, y superó el examen en excelentes condiciones)
Dicen que fue a finales de 1666 cuando llamó la atención del padre Núñez de Miranda (confesor de los virreyes) quien, al saber que no quería casarse, le propuso entrar en una orden religiosa.
Dicen que después de un intento fallido de entrar en las carmelitas, cuyas reglas eran de una rigidez tan extrema que la llevaron a enfermarse, ingresó en la Orden de San Jerónimo, donde la disciplina era algo más relajada. Allí permaneció el resto de su vida, pues los estatutos de la orden le permitían estudiar, escribir, celebrar tertulias y recibir visitas.
Hay quien dice que su salida de la corte se devió a una decepción amorosa, aunque también hay quien dice que ella muchas veces expresó no sentirse atraída por el amor y que sólo la vida monástica podría permitirle dedicarse a estudios intelectuales.
Murió a causa de una epidemia el 17 de abril de 1695 a los 43 años, en Ciudad de México
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