Despierto en tu lecho. Sé que he soñado.
Más temprano, el despertador nos separó.
Has permanecido en tu escritorio durante horas.
Sé bien lo que soñé:
Nuestra amiga poeta entra en mi cuarto
donde he pasado días escribiendo
borradores, haciendo copias, con los poemas
esparcidos por doquier,
y deseo mostrarte un poema
que es el poema de mi vida. Pero dudo
y despierto. Me has despertado con tu beso
en los cabellos. Soñé que eras un poema,
es decir, un poema que deseé mostrarle a alguien…
y río y vuelvo a soñar que deseo
mostrarte a cuántos amo,
que queremos, tú y yo, avanzar juntas, libres,
con el nada sencillo impulso de la gravedad,
en la hierba emplumada elevándose un largo trecho
por el ascendente aliento del aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario