En el extraño dorso de un país indecible
Una luna aterida como un sueño de osario
Arrastró por el cielo un lívido sudario,
Y bajo el cielo oscuro, como atroz jeroglífico,
Una cruz que le apuntaba con dedo apocalíptico.
Y en estupendos árboles afelpados y rojos
Discos de horrendas flores miraban como ojos.
Y el mar aquel, vibrando en un temblor intenso,
Era sangre de abismo manando de lo eterno.
Y al fondo... Allá... el Misterio de mirar de crespón
No más... No más... decía con loca precisión.
No más... No más... Sentí que mi alma despertaba,
Tembló, tembló el Enigma y el Misterio temblaba...
No más... No más... el eco agonizaba ya!
No más... Sentí en el alma un no sé qué de Allá...
Y luego, luego el sueño con su ala entumecida
Apagando mi alma... sofocando mi vida...!
De "Textos inéditos"
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