"Desde mis cinco años hasta casi los dieciocho, vivimos en una casa pequeña en un barrio de Dublín llamado Ranelagh. En nuestra calle, todas las casas eran de ladrillo rojo y tenían pequeños jardines detrás, parte de cemento y parte de hierba, separados unos de otros por muros de piedra bajos."
De "La mañana después del incendio"
incluido en "Las fuentes del afecto.
Cuentos Dublineses"
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