30.1.13

Isak Dinesen. Farah Aden

   Al enfrentarme una vez más ahora, al cabo de veinticinco años, con los episodios de mi vida en África, una figura erguida, cándida y de aspecto gratísimo aparece dándoles paso: es Farah Aden, mi criado somalí. Si algún lector me pregunta por qué no escojo un personaje más relevante, le habré de responder que tal cosa es imposible.
   Farah entró a mi servicio en Aden, en 1913, antes de la Primera Guerra Mundial. Por espacio de casi dieciocho años se cuidó de mi casa, mis cuadras y mis safaris. Hablaba con Farah tanto de mis preocupaciones como de mis éxitos, y no había cosa que yo hiciera o pensara de la que él no estuviera al corriente. Cuando tuve que dejar la granja y abandonar África, Farah vino a Mombasa para decirme adiós.
  
Principio de "Sombras en la hierba"

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