23.1.13

Edith Södergran. La tierra que no es


Yo suspiro por la tierra que no es,
pues todo lo que es me canse de desearlo.
La luna me habla en runas de plata
de la tierra que no es.
La tierra donde todos los deseos, como por encanto,
se satisfacen,
la tierra donde todas las cadenas caen,
la tierra donde calmar nuestras sangrantes frentes
en el rocio de la luna.
Mi vida ha sido una ilusión ardiente.
Pero una cosa he encontrado y una cosa he ganado
en verdad:
el camino a la tierra que no es.

En la tierra que no es
mi amado camina con una corona reluciente.
Quién es mi amado? La noche es oscura
y las estrellas titilan al responder.
Quién es mi amado? Cuál es su nombre?
La bóveda de los cielos se hace más y más alta,
y un niño humano se ahoga en brumas infinitas
sin saber la respuesta.
Pero un niño humano no es más que certidumbre.
Y extiende sus brazos más alto que todos los cielos.
Y llega la respuesta: Soy el que tú amas y por siempre
amarás.

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