12.3.13

Elizabeth Bishop. Un arte

El arte de perder no es difícil de aprender;
tantas cosas parecen querer extraviarse
que perderlas no acarrea ningún desastre.

Pierde algo todos los días. Acepta la confusión
de perder llaves de puertas, un rato malgastado.
El arte de perder no es difícil de aprender.

Practica entonces perdiendo más y más rápido:
lugares y nombres, y adonde quiera que tenías pensado
viajar. Nada de eso acarreará un desastre.

Perdí el reloj de mi madre. Y fíjate!, la última
o la penúltima de mis tres casas del alma se ha esfumado.
El arte de perder no es difícil de aprender.

Perdí dos encantadoras ciudades. Y aún más vastos,
algunos domicilios, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue ningún desastre.

Aún al perderte (la voz burlona, un gesto
que adoro) no debí mentir. Es evidente
que el arte de perder no es muy difícil de aprender
aunque pueda parecerse (Escríbelo!) a un desastre.


De "Geografía III"

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