25.5.13

Elizabeth Bishop. Insomnio

La luna en el espejo del tocador
contempla (tal vez orgullosa
de sí misma, pero jamás se sonrie)
millones de millas
en la distancia y más allá del sueño,
o quizá duerma de día.

Si el Universo la abandonara,
ella lo mandaría al infierno
y encontraría una extensión de agua,
o un espejo, donde morar.
Envuelve pues tus cuitas con una telaraña
y tiralas en el pozo

a ese mundo invertido
donde la izquierda es siempre la derecha,
donde las sombras son en realidad el cuerpo,
donde nos quedamos despiertos toda la noche,
donde el cielo es tan llano como el mar
es ahora profundo, y donde tú me amas.


De "Una primavera fría"

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