30.8.13

Emily Dickinson. 371

Un placer -caro y seductor- es-
Hallar un Libro Antiguo-
Con el mismo Vestido que llevaba en su Siglo-
Un privilegio -creo-
Coger su venerable Mano-
Y calentarla en la nuestra-
Volver atrás -un pasaje- o dos-
A los tiempos en los que él -era joven-

Examinar -sus singulares opiniones-
Para indagar su pensamiento-
Sobre temas que conciernen a lo que nos es común-
La Literatura del Hombre-

Qué interesaba más -a los Eruditos-
Qué Concursos hacían-
Cuando Platón -era Incontestable-
Y Sófocles -un Hombre-

Cuando Safo -era una muchacha vital-
Y Beatriz llevaba
La túnica que Dante -deifico-
Hechos de siglos anteriores-

Él los recorre -con seguridad-
Como cuando Vamos a la Ciudad-
Y te cuenta que todos tus sueños -eran ciertos-
Él vivió -donde nacieron los sueños-

Su presencia es Mágica-
Le ruegas que no se vaya-
Los viejos volúmenes agitan sus Cabezas de Pergamino
Y de esta forma -nos seducen-
De la antología "Crónica de plata"

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