9.8.13

Anna Ajmátova. A solas

Tantas piedras han arrojado en mi contra,
que ni una de ellas ya me infunde miedo.
Esta grácil torre se ha convertido en la trampa
más alta entre estas torres altas.
Agradezco a quienes para mí la construyeron,
los quiero a salvo del pesar y la tristeza.
Desde aquí veo antes el amanecer y
aquí brilla victorioso el último rayo del día.
Y a menudo por la ventana de mi cuarto
entran los vientos de los mares del norte,
y una paloma come de mis manos trigo...
Y la página todavía en blanco frente a mí,
divina, serena y gracilmente
le pone punto final la atezada mano de la Musa.

No hay comentarios: