Rostro de los cielos
preside
nuestro asombro
Fluorescente
escapado del cielo
nos acoge
Cadáver plateado y circular
tu defunción
nos infecta con facilidad insoportable,
tocando terminales nerviosos
a carámbanos termales
Coercitiva como el coma, frágil como florecidas
insinuaciones de tu inverso alborear
inundan el ser;
cada corpúsculo se nos torna duende.
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