12.9.13

Ernestina de Champourcin. Y por fin un café...

Y por fin un café
sin prisas y sin miedo,
pero una taza es poco
para tanta sed junta.

La gitana nos pide
monedas para un sello.
Escribir o llamar?
Surgen de todas partes
targetas y telegramas.

Y ahora qué y hacia donde?
Todavía hay quien mira
nervioso el cielo claro.

De la antología "Mujeres y café"

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