Considera la ley vil que yo transgredo
Y juzga mi amor que no conoce el mal,
Tan cándido, tan necesario y fatal
Como el deseo que me une al amante a la querida...
Con el dedo me han señalado en un gesto irritado
Porque mi mirada tu tierna mirada buscaba,
Y al vernos pasar, nadie comprender quería
Que con sencillez te había elegido.
Dejémosles con la preocupación de su moral impura...
Iremos a ver la luz de las estrellas por los montes...
Qué nos importa a nosotros el juicio de los hombres?
Y que hemos de temer, puesto que somos
Puras ante la vida, y que nos amamos?
De "El amor prohibido"
del libro "De trazos a retratos"
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