con que todo quede a polvo reducido,
sobre cuantos precipicios canté
y en cuantos espejos he vivido?
Aunque yo no sea ni sueño ni alegría
y aún menos gracia bienaventurada,
tal vez a ti más de lo que debería
la memoria te estará encomendada:
El rumor de los versos sedantes
y el ojo en su fondo celoso
de la herrumbrosa corona punzante
en el propio silencio angustioso.
Moscú, 6 de junio de 1963
De "Versos de medianoche"
1 comentario:
Nunca viene mal sedarse a sones de versos.
Gracias por tus palabras
Saludos
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