17.2.14
Julia de Burgos. Armonía de la palabra y el instinto
Todo fue maravilla de armonías
en el gesto inicial que se nos daba
entre impulsos celestes y telúricos
desde el fondo de amor de nuestras almas.
Hasta el aire espigose en levedades
cuando caí rendida en tu mirada;
y una palabra, aún virgen en mi vida,
me golpeó el corazón, y se hizo llama
en el río de emoción que recibía,
y en la flor de ilusión que te entregaba.
Un connubio de nuevas sensaciones
elevaron en luz mi madrugada.
Suaves olas me alzaron la conciencia
hasta la playa azul de tu mañana,
y la carne fue haciéndose silueta
a la vista de mi alma libertada.
Como un grito integral, suave y profundo
estalló de mis labios la palabra;
nunca tuvo mi boca más sonrisa,
ni hubo nunca mas vuelo en mi garganta!
En mi suave palabra, enternecida,
me hice toda en tu vida y en tu alma;
y fui grito impensado atravesando
las paredes del tiempo que me ataba;
y fui brote espontáneo del instante;
y fui estrella en tus brazos derramada.
Me di toda, y fundime para siempre
en la armonía sensual que tú me dabas;
y la rosa emotiva que se abría
en el tallo verbal de mi palabra,
uno a uno fue dándote sus pétalos,
mientras nuestros instintos se besaban.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario