3.2.14

Louise Glück. Trillium

Cuando desperté me hallaba en un bosque. Lo oscuro
parecía natural, el cielo a través de los pinos
colmado de tantas luces.

No sabía nada: nada podía hacer sino mirar.
Y mientras miraba, todas las luces del cielo
se desvanecieron hasta ser una sola cosa, una llama
que ardía entre abetos helados.
Después fue imposible mirar al cielo
sin ser destruida.

Hay almas que necesitan la presencia
de la muerte, como yo de protección?
Pienso que si hablo suficiente
podré contestar esa pregunta. Y veré
lo que ellos ven: una escalera
alzándose entre los abetos, cualquier cosa
que los llame a intercambiar sus vidas.

Creo entenderlo.
Desperté ignorante en un bosque;
hace apenas un momento desconocía mi voz,
si me dieran alguna
estaría tan llena de dolor, mis frases
se ensartarían todas juntas, como gritos.
Ni siquiera supe si sentí dolor
hasta que vino la palabra, hasta
que sentí la lluvia
fluyendo desde mí.


De "El iris salvaje"

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