Pero los viejos compadres de allá, del barrio francés, que todo lo saben y que pueden relatar más de una historia, hablan de un corazón triste un Mardi Grass de hace años. Era una mujer, desde luego, pues, como dice un viejo proverbio, "
Il est toujours les femmes qui sont malheureuses"*, y puede que sea cierto.
*Siempre son las mujeres las que están tristes.
De "Odalie"
uno de los relatos de "Fin de siècle:
relatos de mujeres en lengua inglesa"
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