7.6.14

Mascha Kaléko. De noche

I.

Llamaron a mi puerta;
no me arriesgué a dejar pasar.
Pero me llamaron otra vez;
no me negué ya más.

Aún la muerte me era extraña.
Todo empezó tal cual.
Nos acostamos en mortajas,
una se llega a acostumbrar.


II.

La noche
en la que
el miedo
habita,

también tiene
estrellas
y a la
Luna.

   

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