9.7.14

Sylvia Plath. Amapolas en julio

Pequeñas amapolas, llamitas del infierno:
sois inofensivas?

Parpadeáis. Y no puedo tocaros.
Pongo las manos entre las llamas. Nada se quema.

Y me deja exhausta miraros
parpadear así, rugosas, rojo claro, como la piel de la boca.

Una boca recién desangrada.
Como pequeñas faldas ensangrentadas!

Hay emanaciones que no alcanzo a tocar.
Dónde están vuestros opiatos y vuestras cápsulas que producen náuseas?

Si pudiera sangrar o dormir!
Si mi boca pudiera desposarse con semejante herida!

O se filtraran vuestros licores hasta mi cápsula de cristal,
para dejarme abotagada y quieta.

Sin color, sin embargo. Sin color.

De "Ariel"

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