5.9.14

Ana María Matute. Los soldados lloran de noche

Todas las cosas que le conmovieron caían, como lluvia de arena, dejándole seco, intacto. Se sentía granítico, pesando vanamente sobre la tierra. Al otro lado de la ventana acechaba el otoño, y el verano yacía, incoloro, húmedo. Algún fuego invisible prendía las paredes de las casas, lejos de allí.
 
Principio de "Los soldados lloran de noche"

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