18.9.14

Anne Sexton. La furia de los Chanclos

Se sientan en fila
fuera de la guardería,
negros, rojos, marrones, todos
con esas hebillas de latón.
Recuerdas cuando no podías
abrocharte tus propios
chanclos
o atar tu propio
zapato 
o cortar tu propia carne
y las lágrimas
corriendo como barro
porque te caíste del
triciclo?
Recuerdas, gran pez,
cuando no podías nadar
y simplemente te ibas al fondo
como una rana de piedra?
El mundo no era
tuyo.
Pertenecía
a los mayores.
Bajo tu cama
se sentaba el lobo
y hacía sombra
cuando pasaban los coches
por la noche.
Te hicieron entregar
tu lamparilla de noche
y tu osito
y tu pulgar.
Oh, chanclos,
no me recordáis
empujándoos arriba y abajo
en la nieve del invierno?
Oh, pulgar,
quiero un trago,
está oscuro,
dónde están los mayores,
cuándo llegaré allí,
dando pasos gigantes,
todo el día,
cada día,
y no pensando
nada de eso?

De "Los cuadernos de la muerte"

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