28.11.14

Julia Prilutzky Farny. 17

Hay sol, es mediodía y ya no importa.
Éste no es un amor hecho de lluvia
ni envuelto en la neblina de la tarde.
Esto es estar. Estar, tan simplemente
como si hubiera sido siempre.
Esto es estar, amor, desde un principio
que no tuvo comienzo.
No sé como serás. Tampoco importa,
porque estuviste siempre y lo ignoraba.
Cómo me gusta, hoy, decir tu nombre,
morder tu nombre como un fruto agrio
y repetir indeteniblemente:
te quiero, amor, te quiero, amor, te quiero.
Estás cansado, sí, estás cansado,
tienes los ojos tristes
y sin embargo cómo se iluminan
cuando vuelvo a decir las dos palabras.
Tienes mi corazón entre las manos,
mi vida entre las manos,
mi muerte entre las manos,
yo quiero que lo sepas, que lo sientas
como una carga cierta que no daña,
como un peso con alas.
Como decir, amor, que estoy segura
de que existes. Yo, que no creo en nada.
En casi nada.
Alternas en la noche que me encierra,
en las manos tendidas y en la garra,
en la sombra, en la luz, en la penumbra,
en los ojos que ven y en la mirada
que ciega, en la piel, en la sangre
en las sienes
y en esa soledad donde descansas.
Cómo decir que creo en ti, de pronto,
porque siempre has estado.




De "No es el amor"
En "Antología del amor"

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