mellada contra andamios,
has nacido otra noche
con tus venas azules,
igual que un globo inflado,
luna llena.
Globo inflado te llamo,
otros rostro de muerta,
nave, farol, pandero,
o blanca rebanada
o novia o meretriz
te llamaron por turno.
A tu luz se acogieron deslumbrados,
tristes y balbucientes
los poetas,
frioleros y turbios,
estremecidos, los enamorados.
Te invocaron sin tregua
a lo largo de un río subterráneo
de palabras marchitas
que viene desde Safo y Rosalía
a morir en mi boca.
Jugamos a invocarte,
levantamos antorchas de mentira
que sólo manosean tu vestido de tul.
Y tú, intacta y desnuda,
te escapas, luna llena,
subiendo apenas perceptiblemente,
navegando la noche con oblicuo reflejo,
como si nos oyeras, como si nos miraras.
Nadie te alcanzará,
ni por tu hueco abierto a incógnitos paisajes
ha atravesado nadie.
Tú rozas con tu luz la otra ladera.
De "Poemas"
No hay comentarios:
Publicar un comentario