Hace poco nos lamentábamos Kate Brady y yo, mientras tomábamos unos tristes gin fizz en un bar del centro de Londres, de que nada nunca iría a mejor en nuestras vidas, de que moriríamos en el mismo estado en que nos encontrábamos: bien alimentadas, casadas, insatisfechas.
Principio de "Chicas felizmente casadas"
No hay comentarios:
Publicar un comentario