Y yo hasta ahora no me conocía,
pensaba que era Yo y no lo era,
aquella que en mis versos describiera
clara como la fuente y como el día.
Mas que yo no era Yo no lo sabía,
y aun sabiéndolo nunca lo dijera...
Ojos clavados, rútila quimera,
iba detrás de mí... no me veía!
Y buscándome iba -pobre loca!-
Mis ojos encontré sobre tus ojos
y mi boca encontré sobre tu boca.
Tal ansia de vivir que nada calma
es tu alma encendiendo fuegos rojos
en las parvas cenizas de mi alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario