3.7.15

Ingeborg Bachmann. Cáete, corazón

Cáete, corazón, del árbol del tiempo,
caeos vosotras, hojas, de las heladas ramas
que antaño abrazaba el sol,
caed, como caen las lágrimas del dilatado ojo!

Si durante días aún flamea el rizo al aire
sobre la frente bronceada del dios de los campos,
bajo la camisa ya aferra el puño
la tremenda herida abierta.

Por eso, sé duro, aunque la suave espalda de las nubes
se incline una última vez ante ti,
no lo consideres en nada, aunque el Himeto te llene
los panales una última vez.

Pues poca cosa es para el campesino una brizna en la sequía,
poco, un verano ante nuestra gran estirpe.

Y qué importa lo que atestigüe tu corazón?
Late entre ayer y mañana,
silencioso y ajeno,
y aquello que marca
es ya su caída fuera del tiempo.




De "El tiempo postergado"

No hay comentarios: