Lento río de Leteo.
Donde en las venas estaba el fuego- y no obstante la fiebre
La hierba crece-
La verde hierba crece...
Me detuve cerca de la Ciudad de las Llanuras.
Las muchachas daban caza a sus corazones como a las alborozadas mariposas
En los campos veraniegos-
Oh plumón evanescente de tus vibrantes alas
Tal los aires y las mariposas en el Camino de la Nada hacia Ninguna Parte!
Pero en la sequía del verano
Desaparecí porque era una Columna de Fuego; era la Destrucción
Incesante, encarnada y encarnadina.
Fui la Aniquilación
No obstante blanca como el Mar Muerto, blanca como la Ciudad de las Llanuras.
Pues puse oídos al mediodía y a mis venas
Que amenazaban truenos, y al corazón de las rosas.
Tomé el rumbo que quise-
Pero larga es la terrible Calle de la Sangre
Que en otro tiempo sólo me pareció parte de la rojez del estío
Se ensancha perennemente y no hay regreso
Sino exclusivamente fuego, aniquilación, incendio.
Creí que el camino de la Sangre jamas acabaría
Mas ahora únicamente el trébol rojo
Reposa sobre el aliento del león y la boca del amante-
Y verde fluye el río de Leteo-. Oh
Largo río de Leteo
Sobre la ciudad de Gomorra y el fuego...
De "Cánticos del sol, de la vida y de la muerte"
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