11.8.15

Tua Forsström. Querida Marilyn Monroe,

Volví a leer sobre usted en el periódico,
Usted estaba a la puerta de su casa de Beverly Hills
y decía que era la suma de
cuarenta habitaciones de hotel solitarias.
Iba embutida en un provocativo vestido,
también su cabello estaba resplandeciente y claro como una nube.
Yo nunca he vivido en un hotel.
Le escribo porque una debe evitar a
ciertas personas en la medida de lo posible.
Necesitan todo lo que ven.
La necesitan porque usted es luminosa
y como una niña. Sabe usted
lo que se dice del ministro de Justicia?
Incluso del Señor Presidente y usted?
No quiero meterme en eso, no crea
Pero soy mayor que usted,
y no tan hermosa: Entre la noche y el alba
alguien se lleva su vida. Por la mañana
van a misa con la esposa y los hijos
No es asunto mío, claro
En el periódico dicen muchas cosas sobre nervios
Yo quiero decirle: usted es preciosa
Usted se parece a algo que hay en todos nosotros
Usted no deja de hablar de la muerte, pero usted
nunca ha sido lanzada a las profundas tinieblas que ahogan
al ser humano sin piedad en ceniza y noche
Evite pues vestirse medio desnuda
No susurre de esa manera tan rara cuando cante
Evite los paseos solitarios y la oscuridad   Su casa
casi no se ve en las fotos por el follaje
le interesa a usted la jardinería?

[Snöleopard, 1987]




En la antología de Poesía nórdica

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