4.10.15

Anne Sexton. La mentira perdida

Hay óxido en mi boca,
la mancha de un viejo beso.
Y mis ojos se están volviendo morados,
mi boca es pegamento
y mis manos dos piedras
y el corazón,
sigue allí,
en aquel lugar donde habitó el amor,
pero sigue clavado en su sitio.
Todavía no siento ninguna compasión por estas rarezas,
de hecho el sentimiento es uno de odio.
Porque es sólo la niña en mí estallando
y sigo planeando cómo matarla.

Una vez hubo una mujer,
llena como un teatro de luna
y el amor concibió al amor
y cuando asomó la niña,
no se volvió a odiar.
Divertido, divertido, amar lo que haces.
Pero hoy deambulo por una casa muerta,
una cocina helada, una habitación
como una cámara de gas.
La cama es una mesa de operaciones
donde mis sueños me rebanan en pedazos.

Oh amor,
el terror,
la peluca asustada,
que era tu querida cabeza rizada
era, era, era, era.

De "Calle de la Misericordia 45"

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