20.2.16

Edith Södergran. La hermana de la vida

La vida a quien más se parece es a la muerte, su hermana.
La muerte no es diferente,
tú puedes acariciarla y cogerla de la mano y alisar sus cabellos,
ella te entregará una flor y sonreirá.
Tú puedes hundir el rostro en su pecho
y oírle decir: ya es hora de partir.
Ella no te dirá que es otra.
La muerte no yace verdiblanca con el rostro contra el suelo
ni de espaldas sobre una camilla blanca:
la muerte de pasea con rosadas mejillas y habla con todos.
La muerte tiene rasgos delicados y mejillas pías,
sobre tu corazón coloca su suave mano.
El que ha sentido esa suave mano en el corazón,
a ése no lo calienta el sol,
es frío como el hielo y no ama a nadie.

[Dikter, 1916]




En la antología de Poesía Nórdica

No hay comentarios: