el corazón golpeándome, paseaba.
Las traviesas estaban demasiado juntas
o quizás demasiado separadas.
Un escenario empobrecido:
bosque bajo, robles.
Más allá del enmarañado follaje verde-gris,
vi el pequeño estanque,
como una vieja lágrima
donde el sucio ermitaño vive
aferrándose con lucidez,
año tras año, a sus heridas.
El ermitaño disparó su escopeta,
y tembló el árbol junto a su cabaña.
Un rizo se extendió por el estanque.
La gallina se fue haciendo chuk, chuk.
"El amor debería ponerse en marcha!"
gritó el viejo ermitaño.
A través del estanque,
un eco intentaba, intentaba confirmarlo.
De "Norte & Sur"
No hay comentarios:
Publicar un comentario