14.2.16

Louise Labé. IV

Desde que Amor cruel me emponzoñara
primeramente el pecho con su espina,
ardía siempre en su pasión divina
el que un instante mi alma no dejara.

Cualquier afán, que nunca escatimara,
o amenaza inminente o pronta ruina:
o razón tal de muerte, que fulmina,
de nada mi alma ardiente se extrañara.

Cuanto más obstinado Amor provoca,
más las fuerzas renueva y nos convoca
a lucir más lozanos en la empresa:

es mentira que en nada remunera
quien mortales y dioses vitupera:
si al más débil infunde fortaleza.




En la antología "Love"

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