29.2.16

Savita Singh. Sin ancla ni atadura

El viento afinaba una idea
en la cabeza de un pájaro
que acababa de terminar el nido.
Había venido a decirme también
que yo soy sólo fruto del tiempo
y que no soy nadie para pensar en mi propia trascendencia.
La tristeza que sin cesar gotea en mi interior desde un grifo
oxidado e indetenible,
es también una apertura a la creación melancólica.

Al acabar la tarde,
el pájaro estaba bien instalado en su hogar,
dejándome para vagar
por el ancho mundo,
sin ancla ni atadura.




En "La voz de las mujeres acalladas"
de Clara Janés

No hay comentarios: