lento, íntimo, callado, de una en una
algo sobresaltóse, como aves prisioneras.
Tu boca asió la mía, hundióse en ella,
y surgió un aleteo hacia mis párpados;
suéltame: libertad, quiero ser libre.
Pero al besar mis pechos despertaron
temblorosos botones y mi piel cobró voz
y prorrumpió en un grito, un grito silencioso.
De "Eco de un grito"
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