nos encontramos por casualidad
temblorosos
como un poema...
La noche estaba por llegar
algo se quedó en el poema
el resto en otra parte...
Al alba
volvimos a encontrarnos
como dos trozos de papel.
Tomé su mano con la mía,
él me cogió del brazo.
Nos reímos
y con brutal seguridad
censuramos el poema.
En "La voz de las mujeres acalladas"
de Clara Janés
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