22.3.16

Joan Didion. Según venga el juego


-Qué es lo que lo hace malvado a Yago? -se preguntan algunos.
Yo nunca pregunto.
Otro ejemplo que de pronto salta a la mente: esta mañana, la señora Burstein vio una víbora enana en el cantero de alcauciles y, desde entonces, ha estado intratable: yo nunca pregunto nada sobre víboras. Por qué Shalimar atrae a las serpientes venenosas? Por qué una víbora de coral necesita dos glándulas de veneno neurotóxico para sobrevivir mientras que una serpiente real, tan similarmente marcada, no necesita ninguna? Dónde está la lógica darwiniana? Usted se lo podrá preguntar. Yo no lo haría jamás, ya no.


Principio de "Según venga el juego"

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