para Kathleen Eileen
Ya no me miran con lujuria, ni con amor.
Mis hijos e hijas me han guardado con las bolitas y las muñecas,
se han ido de casa.
Mi esposo y mis amantes son amables o, de alguna manera corteses
Y la noche es la noche.
Ya fue.
La pura verdad.
No me engaño, no pienso que sea aún verano
sólo porque el sol se quede y los pájaros sigan cantando.
Veo la ausencia de verano, verano ausente.
Las dulces flores secándose desde adentro y decayendo,
el césped, olvidando su brillo, cede al marrón.
Ya fue. El otoño crepita.
En "De la nieve, los pájaros"
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