27.7.16

Eileen Chang. Un amor que destruye ciudades


En Shanghai, para «ahorrar con luz natural», como se suele decir, todos los relojes se adelantaron una hora, salvo en la mansión de los Bai.
-Nuestros relojes son antiguos -decían.
Sus diez eran las once de todos los demás. Su canto, desacompasado, no seguía el tempo del huqin* de la vida.


Principio de "Un amor que destruye ciudades"


*Un huqin es un violín de dos cuerdas muy habitual en la música tradicional china, particularmente en las óperas.
    
    

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