Dentro de un armario, en el suelo, se dejó unos cuadernos. Leo Skir se los llevó. Contenían las poesías que Elise nunca le había enseñado a nadie.
llorando
me desperté llorando
sola
en un parque negro por lecho
Había una que quizá fuera la última que escribió; contenía mensajes dirigidos a mí y a los demás, los perplejos espectadores que creímos conocerla.
Sin compasión
Sin inteligencia
Sin belleza
Sin humildad
Veintisiete años bastan
Madre: demasiado tarde -años de mezquindad- lo siento
Papi: qué pasó?
Allen: lo siento
Peter: Sagrada juventud rosa
Betty: qué audacia femenina
Keith: gracias
Joyce: tan niña preciosa
Howard: Cuídate cariño
Leo: Abre las ventanas y shalom
Carlo: deja que pase
Dejadme salir ahora por favor;
Por favor dejadme entrar
De "Personajes secundarios"
No hay comentarios:
Publicar un comentario