y a nadie haberlo descubierto, sea mi gloria mayor.
Vencida Citerea por mis Camenas a él
me lo trajo y en mi regazo lo puso.
Venus cumplió las promesas: mis alegrías difunda
quien se diga que no tuvo las suyas.
Yo, nada mandar en tablillas selladas hubiera querido,
para que nadie antes que él lo leyera;
mas esa falta me alegra, pues fingir por la fama mi rostro
me aburre: que se diga que fui digna y él para mí.
En "Poesía de amor en Roma"
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