irradiando luz
mientras el resto del patio se oscurece.
Flores llamativas, grandes como cabezas
humanas. Tambaleándose
por su propia exuberancia, tuve
que apuntalarlas con estacas y bramante.
El aire húmedo intensifica su perfume
y la luna se mueve alrededor del establo
para saber de dónde viene ese olor.
En la tarde crepuscular de junio
me acerco un brote e inclinándome
la observo como una mujer observa
el rostro del amado.
De "Constancia"
En "De otra manera"
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