27.10.16

Sylvia Plath. Canción de la mañana

el amor te pone en marcha como a un gordo reloj de oro.
la partera golpeó la planta de tus pies y tu desnudo llanto
ocupó su lugar entre los elementos.
nuestras voces resuenan, magnifican tu llegada, nueva estatua.
en un gélido museo, tu desnudez
turba nuestra seguridad, permanecemos mudos como paredes.

no soy tu madre más
de lo que una nube lo es del espejo que destila para reflejar cómo
se borra lentamente a manos del viento.

toda la noche, tu respirar de polilla
oscila entre planas caracolas rosadas, despierto para escuchar;
un lejano y ondulante mar en mi oído.

un sollozo, y salto de la cama, vaca pesada y floral
en mi camisón victoriano.
tu boca se abre límpida como la de un gato, el cuadro de la 
ventana
se aclara y traga sus opacas estrellas, y ahora ensayas
tu puñado de notas;
las límpidas vocales se elevan como globos.




En "De la nieve, los pájaros"
    

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