17.12.16

Julia Hartwig. Si

Si mirásemos hasta el dolor, quizás se transformaran en un cuerpo estos que giran alrededor sin cesar.
Si vigiláramos mientras dormimos, para no extraviarnos, quizás la noche nos admitiera en sus contenidos más secretos.
Les extrañamos mientras espantamos las insistentes sombras del día
que se tumban con nosotros en la cama y nos acompañan aferrándose a su estupidez.
Avanzo en un carro proscrito por esta frontera entre el día mutilado
y la noche inacabada bajo un claro sol en el cielo, con un oscuro
sol bajo el párpado, sin que verdaderamente esté ni aquí ni allí.




De "Hablando no solo para uno mismo"

No hay comentarios: