15.4.17

Emily Dickinson. 1590

No está el Edén más lejos
que la habitación próxima,
si allí espera un amigo
la dicha o la condena.

Qué fortaleza entonces la del alma,
si puede soportar 
el sonido de pasos que se acercan,
de la puerta al abrirse.



En "Carta al mundo"
   

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