y el oleaje de los océanos, sino también las guerras,
hogueras, incendios, conflagraciones forestales,
llamas, rescoldos humeantes... la Tierra parecería
una amarga bola aromática llena de clavos venenosos.
Y cada guerra se alimenta de armas: debería ser visible
que grandes sumas de dinero han cambiado de mano,
que se han hecho pingües beneficios y se ha explotado a los trabajadores
para construir la destrucción, que economías nacionales se han maquillado
para que estos fuegos, estas guerras, puedan arder
y consumir la felicidad de este planeta único,
tan sereno, visto desde fuera su fina cáscara transparente,
tan agraciado, con agua, aire
y sus miles de formas de "Vida que quiere vivir".
Debería ser visible que este globo verdeazulado
sufre un cáncer que lo está devorando.
De "Arenas del pozo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario