29.6.17

Parinoush Saniee. El libro de mi destino

Sin tener en cuenta el honor y la reputación de su padre, mi amiga Parvaneh hacía cosas sorprendentes. Hablaba en voz alta por la calle y miraba los escaparates, incluso a veces se paraba y me señalaba los artículos expuestos. Daba igual que le repitiera: "Vámonos, es de mala educación"; no me hacía caso. En una ocasión me gritó desde la acera de enfrente y, por si fuera poco, me llamó por mi nombre de pila. Sentí tanta vergüenza que rogué que se me tragara la tierra. Gracias a Dios, no había por allí cerca ningún hermano mío, porque no sé qué habría pasado si me hubieran visto.


Principio de "El libro de mi destino"
    

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