15.7.17

Zora Neale Hurston. Sus ojos miraban a Dios

Los barcos llevan a bordo en la distancia los sueños de los hombres. Para unos arriban a puerto en seguida arrastrados por la marea. Para otros, navegan por siempre en el horizonte, sin perderse de vista, sin tocar tierra jamás, hasta que quien los contempla aparta al fin los ojos con resignación, burlados sus sueños por la muerte y el tiempo. Tal es la vida de los hombres.
Las mujeres, en cambio, olvidan todo aquello que no desean recordar y recuerdan todo lo que no desean olvidar. El sueño es la verdad. Así, ellas viven y actúan en consecuencia.


Principio de "Sus ojos miraban a Dios"
    

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