4.1.18

Margaret Atwood. Por último, el corazón

En el coche duermen apretujados. De entrada, como se trata de un honda de tercera mano, no es ningún palacio. Si fuese una furgoneta dispondrían de más espacio, pero ni siquiera cuando creían tener dinero habrían podido permitirse un lujo como ése. Stan dice que son afortunados por tener el vehículo que sea, pero esa fortuna no hace que el coche sea más grande.
Charmain cree que Stan debería dormir en el asiento de atrás, porque necesita más espacio -sería lo justo, él es el más alto-, pero tiene que quedarse delante por si han de salir pitando en caso de emergencia. Stan no confía en la capacidad de Charmaine para reaccionar en esas circunstancias: dice que estaría tan ocupada gritando que no podría conducir. Por eso Charmaine se acomoda en el asiento trasero, más amplio, aunque, incluso así, tampoco puede estirar el cuerpo del todo y se ve obligada a enroscarse como un caracol.


Principio de "Por último, el corazón"
     

No hay comentarios: