sin que haya visto tu rostro,
la antigua tristeza, salvaje,
emerge de un lugar oculto.
Mi día estéril y roto,
carente de luz y canción,
gime sin descanso
en una playa desolada y lluviosa.
Regresa a la playa cuando la marea baja
muestre sus rocas y cicatrices;
regresa como regresa el mar con su canto
y las luces de un millón de estrellas.
De "Canciones de amor"
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