Creo en senderos donde uno puede perderse.
Creo en sueños a los que uno pertenece.
Camino a ciegas. No me lleves a casa.
Deja que la noche me guíe siempre hacia adelante.
En algún lugar en la oscuridad hay una puerta entreabierta.
En algún lugar en el límite entre cuerpo y alma,
un lugar donde el propio tiempo dice detente
-es allí donde tal vez ardería mi corazón?
No me escuches. Todas mis palabras
son peligrosos profetas, falsas pistas.
Soy bastante diferente de lo que tú crees.
[Videre, 1945]
En la antología de "Poesía nórdica"
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